Mater Composta promueve estrategias y diseño de sistemas para implantar este modelo de gestión de RSU
Con el nombre de 'Diseño, gestión y tratamiento de sistemas de compostaje descentralizado', se está llevando a cabo en la provincia de Cáceres una acción formativa que persigue fomentar el compostaje como solución, habilitar a personas para el diseño efectivo de sistemas de compostaje o desarrollar estrategias de gestión y tratamiento de residuos orgánicos. Organizada por la asociación profesional Economías BioRegionales en el marco del programa Mater Composta, cuenta con la financiación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Consorcio MásMedio de la Diputación Provincial de Cáceres
Mater Composta es un proyecto que tiene como principal objetivo integrar estrategias de compostaje descentralizado en la provincia. ¿Por qué descentralizado? Rodrigo Jiménez, técnico de economía verde y circular de Economías BioRegionales explica a Periódico Pueblos que el compostaje es una biotecnología que "está muy, muy estudiada" y que, a diferencia de otros residuos en los que no hay un criterio unificado en cuanto a si la centralización puede ser más o menos eficiente a nivel econónimo y ambiental, cuando hablamos de residuos orgánicos no cabe discusión: cuanto más se dispersa, más eficiente es. "Si una persona hace compostaje doméstico y lo aplica en su jardín, hay cero transporte, una huella de carbono mínima y el coste econónimo es casi cero, lo que supone tener un contenedor y una compostera en la que hacer el tratamiento", asegura Rodrigo.
A medida que el servicio se va concentrando, pierde poco a poco esa eficiencia. Hay diferentes tipos como el compostaje comunitario, un modelo en el que varias familias cuentan con una compostera común en una zona de parque; la planta comarcal de un municipio o supramunicipal o el agrocompostaje, donde agricultores o cooperativas agrarias de la zona hacen el tratamiento para diversificar rentas y tener compost para sus suelos, etc. En opinión del experto, a medida que se produce esa agrupación, se pierde eficiencia tanto económica como ambiental. En una provincia eminentemente rural como la de Cáceres "no interesa que muchos municipios centralicen el servicio y lleven sus residuos a los ecoparques", explica Jiménez. Se trata de una realidad de la que tanto la Junta como los consorcios de residuos de las diputaciones son conscientes por lo que, a través de Mater Composta se está analizando la posibilidad de introducir diferentes modelos atendiendo a la realidad de cada territorio.
La finalidad es hacer un intenso trabajo de concienciación, que permita no sólo la introducción de la quinta fracción, es decir, de un punto contenedor para los restos sobrantes de comida o restos vegetales de pequeño tamaño, etc., sino implementar actividades en las que también se den a conocer otros modelos de tratamiento para ilustrar de manera demostrativa lo que ocurre con el orgánico y sus beneficios. "Que se pueda ver cómo una peladura de plátano se puede convertir en compost que puede ser utilizado para jardines, o para la huerta, etc." Rodrigo afirma que la introducción del modelo tiene beneficios ambientales en el sentido que reduce las emisiones, económicos porque genera empleo y reduce costes de tratamiento y transporte y, por último, sociales, porque el asunto de la gestión de los residuos "involucra a toda la sociedad en su conjunto": a la ciudadanía, a los municipios, a las mancomunidades que tienen las competencias, a empresas y profesionales de recogida, tratamiento, etc.
Para ello, la implicación de los agentes es fundamental según expone el técnico: "la participación del Consorcio MásMedio es muy cercana, estamos haciendo estudios con ellos en tres territorios de Extremadura, están aportando técnicos, economía, difusión... Su papel va más allá que una simple cofinanciación".
Tener en cuenta la realidad del territorio
Desde Mater Composta y mediante la acción formativa que tienen en marcha, se habilita, asesora y capacita sobre "el tratamiento y valorización de residuos orgánicos municipales, agrarios y de pequeñas industrias agroalimentarias. Además, en la fase práctica y de asesoramiento, se brinda la posibilidad de llevar a cabo prácticas piloto adaptadas a las necesidades y realidades territoriales de cada participante", según informa en nota de prensa la Diputación Provincial. Además, trabajan con mancomunidades, consorcios y ayuntamientos en el diseño - siempre que sea posible de manera participativa - de los sistemas de recogida y tratamiento que mejor se adapten a sus territorios.
"Habrá territorios donde existirán cooperativas agrarias y agricultores interesados para cobrar una renta complementaria por el tratamiento y su aplicación en suelo y territorios donde eso no se pueda llevar a cabo. Otros en los que habrá mucha dinamización social y sea posible el compostaje comunitario o mancomunidades donde esté muy integrada la gestión de los residuos y quieran hacer una planta mancomunada en un punto céntrico de varios municipios de poca población", asegura el economista. En su opinión, de lo que se trata al final es que, ante las diferentes modalidades de recogida y tratamiento, se estudie cuál es la mejor opción y cómo se concilia esa gestión en función de la zona.
El programa piloto de Alange
En Alange, Badajoz (1.880 habitantes) la mancomunidad introdujo la quinta fracción, y el Ayuntamiento dispuso varias islas de compostaje comunitario. Tras un proceso que Rodrigo define como "muy interesante", llegaron a un acuerdo por el que todos los residuos orgánicos recogidos en el pueblo, se quedaban en las composteras comunitarias. "Cuando pasaba el camión de la quinta fracción, en vez de llevar los residuos al ecoparque o a la zona de transferencia, lo descargaban en las composteras comunitarias y había una persona contratada a tiempo parcial por el Ayuntamiento que realizaba el tratamiento como maestro compostador.
Humus de lombriz y otros fertilizantes
Con el tratamiento descentralizado de los residuos orgánicos se puede fabricar compost, pero también generar otro tipo de fertilizantes. Desde Economías BioRegionales trabajan con otros colectivos como Aspodemi, que es una organización social de plena inclusión de Miranda de Ebro (Burgos). "Hicimos con ellos un piloto para fabricar un 'hotel lombriz' mediante el tratamiento de residuos orgánicos municipales y estiércoles. Nosotros somos el socio técnico y les aprobaron después un proyecto para hacer una planta de 500 toneladas de humus de lombriz", recuerda Jiménez.
Los residuos orgánicos se pueden convertir en fertilizantes: "los compost, en función del tratamiento, pueden ser simples emnmiendas que aporten estructura al suelo o pueden ser fertilizantes de calidad si se hace un buen trabajo, con lo que se pueden valorizar más", asegura. Es otro de los objetivos del proyecto, ayudar a los territorios, a empresas u organizaciones sociales a que puedan ver una fuente de empleo en la producción de humus haciendo tratamiento de estiercoles y de RSU.
La Fuente:
https://periodicopueblos.com/art/1607/fomentar-el-compostaje-como-la-mejor-solucion-al-tratamiento-de-los-residuos-organicos
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